jueves, 26 de junio de 2014

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano (26 de agosto de 1789)

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano (26 de agosto de 1789).

Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes; a fin de que los actos del poder legislativo y del poder ejecutivo, al poder cotejarse a cada instante con la finalidad de toda institución política, sean más respetados y para que las reclamaciones de los ciudadanos, en adelante fundadas en principios simples e indiscutibles, redunden siempre en beneficio del mantenimiento de la Constitución y de la felicidad de todos.

En consecuencia, la Asamblea nacional reconoce y declara, en presencia del Ser Supremo y bajo sus auspicios, los siguientes derechos del hombre y del ciudadano:

Artículo primero.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.

Artículo 2.- La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la tiranía. 

Artículo 3.- El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo, ningún individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane expresamente de ella.

Artículo 4.- La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro: por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos. Tales límites sólo pueden ser determinados por la ley.

Artículo 5.- La ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para la sociedad. Nada que no esté prohibido por la ley puede ser impedido, y nadie puede ser constreñido a hacer algo que ésta no ordene.

Artículo 6.- La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen derecho a contribuir a su elaboración, personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma para todos, ya sea que proteja o que sancione. Como todos los ciudadanos son iguales ante ella, todos son igualmente admisibles en toda dignidad, cargo o empleo públicos, según sus capacidades y sin otra distinción que la de sus virtudes y sus talentos.

Artículo 7.- Ningún hombre puede ser acusado, arrestado o detenido, como no sea en los casos determinados por la ley y con arreglo a las formas que ésta ha prescrito. Quienes soliciten, cursen, ejecuten o hagan ejecutar órdenes arbitrarias deberán ser castigados; pero todo ciudadano convocado o aprehendido en virtud de la ley debe obedecer de inmediato; es culpable si opone resistencia.

Artículo 8.- La ley sólo debe establecer penas estricta y evidentemente necesarias, y nadie puede ser castigado sino en virtud de una ley establecida y promulgada con anterioridad al delito, y aplicada legalmente.

Artículo 9.- Puesto que todo hombre se presume inocente mientras no sea declarado culpable, si se juzga indispensable detenerlo, todo rigor que no sea necesario para apoderarse de su persona debe ser severamente reprimido por la ley.

Artículo 10.- Nadie debe ser incomodado por sus opiniones, inclusive religiosas, a condición de que su manifestación no perturbe el orden público establecido por la ley.

Artículo 11.- La libre comunicación de pensamientos y de opiniones es uno de los derechos más preciosos del hombre; en consecuencia, todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, a trueque de responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por la ley
.
Artículo 12.- La garantía de los derechos del hombre y del ciudadano necesita de una fuerza pública; por lo tanto, esta fuerza ha sido instituida en beneficio de todos, y no para el provecho particular de aquellos a quienes ha sido encomendada.

Artículo 13.- Para el mantenimiento de la fuerza pública y para los gastos de administración, resulta indispensable una contribución común; ésta debe repartirse equitativamente entre los ciudadanos, proporcionalmente a su capacidad.

Artículo 14.- Los ciudadanos tienen el derecho de comprobar, por sí mismos o a través de sus representantes, la necesidad de la contribución pública, de aceptarla libremente, de vigilar su empleo y de determinar su prorrata, su base, su recaudación y su duración.

Artículo 15.- La sociedad tiene derecho a pedir cuentas de su gestión a todo agente público.

Artículo 16.- Toda sociedad en la cual no esté establecida la garantía de los derechos, ni determinada la separación de los poderes, carece de Constitución.

Artículo 17.- Siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella, salvo cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exija de modo evidente, y a condición de una justa y previa indemnización.

miércoles, 25 de junio de 2014

Cómo mejorar la convivencia en pareja


No es un secreto para nadie: la convivencia es dura. Y por más enamorados que estén no resulta sencilla, y es que se trata de dos personas con creencias, hábitos y manías propias habitando un mismo espacio. Sin embargo aprender a convivir juntos es fundamental si desean que la relación avance de forma positiva, y algunas sugerencias podrían ayudar a hacer el día a día más llevadero. En unComo.com te damos varias claves para que descubras cómo mejorar la convivencia y hacer crecer la relación.

Instrucciones
.Está claro que para tener una relación de pareja exitosa no pueden faltar aspectos esenciales como el respeto y la comunicación, pero en este caso abordaremos soluciones más puntuales entendiendo que como pareja estos valores están presentes. Si en cambio los han perdido mejorar la convivencia tal vez requiera de un esfuerzo mucho mayor

1.Básico y esencial: aunque no lo creas la vida en pareja es una constante negociación, por eso hay que aprender a ceder. No siempre las cosas se podrán hacer cómo y cuando tu dices, debe existir el necesario equilibrio. Hoy comen lo que te apetece a ti, mañana lo que le apetece al otro y así con todo. Difícilmente otra persona podrá hacer todo exactamente del modo en el que lo haces tú, por eso es muy importante entender nuestras diferencias, aceptarlas y aprender a negociar y ceder en pro de una buena convivencia. Si cada uno se encierra en sus deseos, sin negociar, la relación se convertirá en un cuartel de batalla o en un escenario en el que solo uno es feliz mientras el otro no para de ceder. ¿Es eso lo que quieres?, suponemos que no, así que ¡a ser más flexible!

2.Hay algo que ayuda mucho a la convivencia en pareja y es el trabajo personal. Detectar aquellas actitudes que sabemos que, viviendo con otra persona, podrían dificultar la convivencia. Por ejemplo si eres muy desordenado debes estar consciente que es un punto a trabajar, hacerlo y dar lo mejor en el proceso. Si bien la otra persona acepto vivir contigo con tus defectos y virtudes, es cierto que podemos esforzarnos un poco para hacer más llevadero el día a día sin morir en el intento

3.Esto va especialmente con las chicas, aunque aplica para ambos: no existen las bolas de cristal, la otra persona no puede adivinar qué quieres, cómo lo quieres y dónde lo quieres si no se lo dices. Durante nuestro crecimiento recibimos cierta educación y, lo quieras o no, muchos de esos hábitos te los llevas cuando decides vivir en pareja, te gustan las cosas de determinada forma, pero si no lo comunicas ¿cómo podría el otro enterarse?. La mayor parte de los problemas de convivencia surgen por esto, por eso recuerden hablar siempre, explicar sus puntos y mantener una comunicación activa y saludable.

4.Empatía: tener la capacidad de colocarnos en el lugar del otro. Que bella palabra, pero ¿la pones en acción?. Entender por ejemplo que a tu chica le molesta encontrar la tapa del WC arriba siempre, o la pileta llena de pelos, ponerte en su lugar y saber que evitar una molestia depende de ti es fundamental para dejar de hacerlo. Llamar si no vas a comer en casa o si vas a llegar tarde, conseguir colocarte en el lugar de tu pareja y poder determinar que ciertas acciones pudieran resultar irritantes, es de gran ayuda en la convivencia, tómalo en cuenta y aplícalo.

5.Consulten en pareja todo aquello que involucre a ambos, por ejemplo los planes para el fin de semana, invitar a amigos al piso, hacer una fiesta en casa. No se trata de dependencia a la hora de tomar decisiones, pero la vida en pareja consiste en dos, y para construir son necesarias las cuatro manos, por eso las resoluciones deben tomarse a dos cabezas.


6.La casa, ese espacio que comparten juntos, debe ser un refugio cada día, no un centro de hostilidades. Aprendan a trabajar en pareja, a colaborar, a hacer más llevadero el día a día, para que llegar a casa sea un placer y no una tortura, sea conversar y relajarse y no discutir y estresarse. Claramente no es sencillo, requiere de trabajo, pero acaso ¿no es así con todas las cosas buenas de la vida?

domingo, 22 de junio de 2014

Ejemplos para los políticos del mundo.--

  Mario Moreno, Cantinflas - Discurso de Su Excelencia el Embajador, ante la Asamblea Internacional

   
Cantinflas en "Su Excelencia",  México,  1967

 Me ha tocado en suerte ser último orador, cosa que me alegra mucho porque, como quien dice, así me los agarro cansados. Sin embargo, sé que a pesar de la insignificancia de mi país que no tiene poderío militar, ni político, ni económico, ni mucho menos atómico, todos ustedes esperan con interés mis palabras ya que de mi voto depende el triunfo de los Verdes o de los Colorados.--

Señores Representantes: estamos pasando un momento crucial en que la Humanidad se enfrenta a la misma Humanidad. Estamos viviendo un momento histórico en que el hombre científica e intelectualmente es un gigante, pero moralmente es un pigmeo. La opinión mundial está tan profundamente dividida en dos bandos aparentemente irreconciliables, que dado el singular caso, que queda en sólo un voto. El voto de un país débil y pequeño pueda hacer que la balanza se cargue de un lado o se cargue de otro lado. Estamos, como quien dice, ante una gran báscula: con un platillo ocupado por los Verdes y con otro platillo ocupado por los Colorados. Y ahora llego yo, que soy de peso pluma como quien dice, y según donde yo me coloque, de ese lado seguirá la balanza. ¡Háganme el favor!... ¿No creen ustedes que es mucha responsabilidad para un solo ciudadano? No considero justo que la mitad de la Humanidad, sea la que fuere, quede condenada a vivir bajo un régimen político y económico que no es de su agrado, solamente porque un frívolo embajador haya votado, o lo hayan hecho votar, en un sentido o en otro.--

El que les habla, su amigo... yo... no votaré por ninguno de los dos bandos (voces de protesta). Y yo no votaré por ninguno de los dos bandos debido a tres razones: primera, porque, repito que no sería justo que el solo voto de un representante, que a lo mejor está enfermo del hígado, decidiera el destino de cien naciones; segunda, estoy convencido de que los procedimientos, repito, recalco, los procedimientos de los Colorados son desastrosos (voces de protesta de parte de los Colorados); ¡y tercera!... porque los procedimientos de los Verdes tampoco son de lo más bondadoso que digamos (ahora protestan los Verdes). Y si no se callan ya yo no sigo, y se van a quedar con la sensación de saber lo que tenía que decirles.--

Insisto que hablo de procedimientos y no de ideas ni de doctrinas. Para mí todas las ideas son respetables, aunque sean “ideítas” o “ideotas”, aunque no esté de acuerdo con ellas. Lo que piense ese señor, o ese otro señor, o ese señor (señala), o ese de allá de bigotico que no piensa nada porque ya se nos durmió, eso no impide que todos nosotros seamos muy buenos amigos. Todos creemos que nuestra manera de ser, nuestra manera de vivir, nuestra manera de pensar y hasta nuestro modito de andar son los mejores; y el chaleco se lo tratamos de imponérselo a los demás y si no lo aceptan decimos que son unos tales y unos cuales y al ratito andamos a la greña. ¿Ustedes creen que eso está bien? Tan fácil que sería la existencia si tan sólo respetásemos el modo de vivir de cada quién. Hace cien años ya lo dijo una de las figuras más humildes pero más grandes de nuestro continente: “El respeto al derecho ajeno es la paz” (aplausos). Así me gusta... no que me aplaudan, pero sí que reconozcan la sinceridad de mis palabras.--

Yo estoy de acuerdo con todo lo que dijo el representante de Salchichonia (alusión a Alemania) con humildad, con humildad de albañiles no agremiados debemos de luchar por derribar la barda que nos separa, la barda de la incomprensión, la barda de la mutua desconfianza, la barda del odio, el día que lo logremos podemos decir que nos volamos la barda (risas). Pero no la barda de las ideas, ¡eso no!, ¡nunca!, el día que pensemos igual y actuemos igual dejaremos de ser hombres para convertirnos en máquinas, en autómatas.--

Este es el grave error de los Colorados, el querer imponer por la fuerza sus ideas y su sistema político y económico, hablan de libertades humanas, pero yo les pregunto: ¿existen esas libertades en sus propios países? Dicen defender los Derechos del Proletariado pero sus propios obreros no tienen siquiera el derecho elemental de la huelga, hablan de la cultura universal al alcance de las masas pero encarcelan a sus escritores porque se atreven a decir la verdad, hablan de la libre determinación de los pueblos y sin embargo hace años que oprimen una serie de naciones sin permitirles que se den la forma de gobierno que más les convenga. ¿Cómo podemos votar por un sistema que habla de dignidad y acto seguido atropella lo más sagrado de la dignidad humana que es la libertad de conciencia eliminando o pretendiendo eliminar a Dios por decreto? No, señores representantes, yo no puedo estar con los Colorados, o mejor dicho con su modo de actuar; respeto su modo de pensar, allá ellos, pero no puedo dar mi voto para que su sistema se implante por la fuerza en todos los países de la tierra (voces de protesta). ¡El que quiera ser Colorado que lo sea, pero que no pretenda teñir a los demás! —los Colorados se levantan para salir de la Asamblea—.--

¡Un momento jóvenes!, ¿pero por qué tan sensitivos? Pero si no aguantan nada, no, pero si no he terminado, tomen asiento. Ya sé que es costumbre de ustedes abandonar estas reuniones en cuanto oyen algo que no es de su agrado; pero no he terminado, tomen asiento, no sean precipitosos... todavía tengo que decir algo de los Verdes, ¿no les es gustaría escucharlo? Siéntese (va y toma agua y hace gárgaras, pero se da cuenta que es vodka).--

Y ahora, mis queridos colegas Verdes, ¿ustedes qué dijeron?: “Ya votó por nosotros”, ¿no?, pues no, jóvenes, y no votaré por ustedes porque ustedes también tienen mucha culpa de lo que pasa en el mundo, ustedes también son medio soberbios, como que si el mundo fueran ustedes y los demás tienen una importancia muy relativa, y aunque hablan de paz, de democracia y de cosas muy bonitas, a veces también pretenden imponer su voluntad por la fuerza, por la fuerza del dinero. Yo estoy de acuerdo con ustedes en que debemos luchar por el bien colectivo e individual, en combatir la miseria y resolver los tremendos problemas de la vivienda, del vestido y del sustento. Pero en lo que no estoy de acuerdo con ustedes es la forma que ustedes pretenden resolver esos problemas, ustedes también han sucumbido ante el materialismo, se han olvidado de los más bellos valores del espíritu pensando sólo en el negocio, poco a poco se han ido convirtiendo en los acreedores de la Humanidad y por eso la Humanidad los ve con desconfianza.--

El día de la inauguración de la Asamblea, el señor embajador de Lobaronia dijo que el remedio para todos nuestros males estaba en tener automóviles, refrigeradores, aparatos de televisión; ju... y yo me pregunto: ¿para qué queremos automóviles si todavía andamos descalzos?, ¿para qué queremos refrigeradores si no tenemos alimentos que meter dentro de ellos?, ¿para qué queremos tanques y armamentos si no tenemos suficientes escuelas para nuestros hijos? (aplausos).--

Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no solamente impulsado por su instinto de conservación, sino fundamentalmente por el deber que tiene de superarse y de hacer del mundo una morada de paz y de tranquilidad cada vez más digna de la especie humana y de sus altos destinos. Pero esta aspiración no será posible si no hay abundancia para todos, bienestar común, felicidad colectiva y justicia social. Es verdad que está en manos de ustedes, de los países poderosos de la tierra, ¡Verdes y Colorados!, el ayudarnos a nosotros los débiles, pero no con dádivas ni con préstamos, ni con alianzas militares.--

Ayúdennos pagando un precio más justo, más equitativo por nuestras materias primas, ayúdennos compartiendo con nosotros sus notables adelantos en la ciencia, en la técnica... pero no para fabricar bombas sino para acabar con el hambre y con la miseria (aplausos). Ayúdennos respetando nuestras costumbres, nuestra dignidad como seres humanos y nuestra personalidad como naciones por pequeños y débiles que seamos; practiquen la tolerancia y la verdadera fraternidad, que nosotros sabremos corresponderles, pero dejen ya de tratarnos como simples peones de ajedrez en el tablero de la política internacional. Reconózcannos como lo que somos, no solamente como clientes o como ratones de laboratorio, sino como seres humanos que sentimos, que sufrimos, que lloramos.--

Señores representantes, hay otra razón más por la que no puedo dar mi voto: hace exactamente veinticuatro horas que presenté mi renuncia como embajador de mi país, espero me sea aceptada. Consecuentemente no les he hablado a ustedes como Excelencia sino como un simple ciudadano, como un hombre libre, como un hombre cualquiera pero que, sin embargo, cree interpretar el máximo anhelo de todos los hombres de la tierra, el anhelo de vivir en paz, el anhelo de ser libre, el anhelo de legar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos un mundo mejor en el que reine la buena voluntad y la concordia. Y qué fácil sería, señores, lograr ese mundo mejor en que todos los hombres blancos, negros, amarillos y cobrizos, ricos y pobres pudiésemos vivir como hermanos. Si no fuéramos tan ciegos, tan obcecados, tan orgullosos, si tan sólo rigiéramos nuestras vidas por las sublimes palabras que hace dos mil años dijo aquel humilde carpintero de Galilea, sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones: “Amaos... amaos los unos a los otros”, pero desgraciadamente ustedes entendieron mal, confundieron los términos, ¿y qué es lo que han hecho?, ¿qué es lo que hacen?: “Armaos los unos contra los otros”--

He dicho...


domingo, 1 de junio de 2014

Por qué amamos a los perros y nos comemos a los cerdos....

 ."Aunque oponerse a una ideología cuya existencia desconocemos es difícil, si no imposible, aún lo es más cuando esa ideología trabaja activamente para mantenerse oculta. Y esto es lo que sucede con ideologías como el "carnismo". Califico este tipo de ideología en concreto de "ideología violenta", porque, literalmente, se organiza en torno a la violencia física [...].
El carnismo contemporáneo se organiza alrededor de una violencia amplísima y este elevado nivel de violencia es necesario para que la industria cárnica pueda matar los animales suficientes para mantener su margen de beneficios actual. El grado de violencia del carnismo es tal que resulta insoportable a la mayoría de personas y quienes lo presencian, pueden quedar gravemente afectados [...].
La mayoría de nosotros, incluso los que no se consideran "amantes de los animales", no quieren ser causa del sufrimiento de nadie (humano o animal), especialmente si se trata de un sufrimiento intenso e innecesario. Precisamente por esto, las ideologías violentas cuentan con una serie de defensas especiales que permite que seres humanos apoyen prácticas inhumanas sin darse cuenta ni siquiera de lo que hacen".

"Por qué amamos a los perros, nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas", Melanie Joy, doctora y profesora de Psicología y Sociología en la Universidad de Massachusetts (Boston)