."Aunque oponerse a una ideología cuya
existencia desconocemos es difícil, si no imposible, aún lo es más cuando esa
ideología trabaja activamente para mantenerse oculta. Y esto es lo que sucede
con ideologías como el "carnismo". Califico este tipo de ideología en
concreto de "ideología violenta", porque, literalmente, se organiza
en torno a la violencia física [...].
El carnismo contemporáneo se organiza alrededor
de una violencia amplísima y este elevado nivel de violencia es necesario para
que la industria cárnica pueda matar los animales suficientes para mantener su
margen de beneficios actual. El grado de violencia del carnismo es tal que
resulta insoportable a la mayoría de personas y quienes lo presencian, pueden
quedar gravemente afectados [...].
La mayoría de nosotros, incluso los que no se
consideran "amantes de los animales", no quieren ser causa del
sufrimiento de nadie (humano o animal), especialmente si se trata de un
sufrimiento intenso e innecesario. Precisamente por esto, las ideologías
violentas cuentan con una serie de defensas especiales que permite que seres
humanos apoyen prácticas inhumanas sin darse cuenta ni siquiera de lo que
hacen".
"Por qué amamos a los perros, nos comemos
a los cerdos y nos vestimos con las vacas", Melanie Joy, doctora y
profesora de Psicología y Sociología en la Universidad de
Massachusetts (Boston)
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